Dejamos atrás Texas y entramos en Nuevo Mexico por la interestatal I-40. El paisaje varía poco del anterior, excavadoras de petróleo, carreteras largas, y paisajes despejados.
Nos sorprende que desde que salimos de Dallas, en cada pueblo que pasamos, encontramos vallas publicitarias proclamando la existencia de Dios, como si de un anuncio de cereales se tratase. Ya sea en una iglesia o en la entrada de una casa, vemos frases con fluorescentes que dicen “Conoces a Jesús? Él te conoce a ti!“, “Jesús te salvará, entra y lo verás“ y muchas más del estilo.
La diferencia más notable que encontramos en el camino, es que hemos entrado en la Ruta 66 y hay muchas más áreas de descanso, gasolineras, tiendas… Nos encanta parar en las típicas cafeterías que hemos visto tantas veces en el cine, esas en las que las camareras no soportan ver el vaso de café a la mitad, y vienen a rellenártelo de inmediato. Hemos dejado a un lado la dieta variada y la hemos sustituido por tortitas con sirope de arce, hamburguesas, pizzas, etc. A este paso tendremos que renovar el vestuario…
El viaje ha transcurrido con un tiempo espectacular, pero cuando quedaban unas 60 millas para llegar a Albuquerque ; rayos, truenos y unas nubes que no presagiaban nada bueno (podéis verlo en la foto de portada). Afortunadamente no nos ha pillado la tormenta de lleno, aunque nosotros, después de tanto tornado veraniego, ya nos empezábamos a montar la película…
que guays los dinners!
Impressionant tormenta. Tanta sort que vos l’heu topat (només tangencialment xD)! ;-P